Poemario
Autora: Alicia Louzao
Prólogo: Mariano Peyrou
Ilustraciones: Alicia Louzao
108 páginas, 13×21 cm.
Cubierta en cartulina verjurada con solapa de 10 cm.
ISBN: 978-84-129256-5-4
Edición limitada y numerada de 300 ejemplares.
Precio de venta: 15€
El poemario propone un baile con Ovidio y la literatura clásica emparejado con referentes actuales de cine, supermercados y purpurina, un poemario con sabor de sal y universo, lleno de colores y escenas y nuevas formas de decir, como un castigo de piernas verdes en un domingo de esos que caben en un vasito.
El ojo finge lo que no ha visto.
Así como los lugares y el abandono
con los ojos curiosos que los habitan.
Unos pies de puntillas asoman sobre la piedra
seca y el resto es ceniza.
El resto es ceniza.
El ojo finge lo que no ha visto.
Jack Torrance en una montaña de arena
remando con los dedos helados.
Así como los lugares y el abandono:
con los ojos curiosos que los habitan.
El ojo finge una luciérnaga que se abre nocturna
antes de los caminos que conducen a la gema
y a las estrellas.
Y los pies de punta.
El resto es ceniza.
El resto es ceniza
O como indica Mariano Peyrou en su prólogo «Las palabras de Alicia Louzao parecen surgir de esa zona de la mente donde la luz y las tinieblas no se oponen, no se alternan; una zona donde el ritmo no tiene que ver con los conceptos, sino con el cuerpo, con el miedo, con la alucinación y la sed. La vida interior está fuera, elevarse y caer se confunden: «piensan en el mar los que no lo tienen cerca», se eleva lo que cae, se acerca lo que está lejos, las palabras de Alicia Louzao parecen devolver la mirada y las cosas miradas a un lugar en que nunca estuvieron, parecen reconocer cosas no conocidas, nos descolocan haciéndonos dudar si hemos estado dónde o si dónde hemos pensado estar.»
¿Cuántas fueron las veces que empleaste
el adjetivo más famoso que rellena cualquier
emparedado de pan Bimbo?
La boca llena de gusanitos
la boca de papel
la boca de hielo.
Cosas importantes con lazo amarillo cruz en
la mano.
Células de mocos y de ruido con cadenas y
de grieta,
grieta abierta de un vientre de flores y
gusanitos.
La boca de papel.
La boca de hielo.
Cosas importantes de los diez años en el libro
Edebé o en una caja de madera,
óxido cristalino.
Fieles a la puntuación y la ortografía (.)
Una poética donde entra la imaginación y el divertimento, donde podemos sujetar entre las manos un Cumbres de Gredos mientras leemos a Ovidio o nos sabemos yendo a San Andrés de Teixido para no volver de muertos como las moscas que acompañan estos poemas: insectos, estrellas, el rastrillo de juguete sobre la arena, el inicio de todo, su final, un punki en su patinete galáctico: este universo con infusión de menta y Tosta Rica.
Mi padre me dice: la gente confunde
Compostela y explica que significa “campo
de estrellas” y no, no. Compostela procede de
compos, es decir: lo muerto, el cementerio. Es
una catedral, hay muertos enterrados en ella.
Un clip es un recuerdo que sostiene dos folios
unidos.
Mi padre despierta y habla y repite que la
cursilada de las estrellas es falsa, equivocada.
Qué manía con llenarlo todo de purpurina.
Special Stellar. Space of Love.
La catedral se alza rotunda cuando su nombre
apunta a su barriga,
todo lo que contiene,
la regurgitación de la tierra resultaría en
una población de huesecitos.
Pura escatología.
Qué manía con llenarlo todo de purpurina.
Special Stellar. Space of Love.
Existe gente que visita los lugares de descanso
y no pisa las tumbas.
La etimología como bisturí de médico que abre
las tripas de una palabra
Hay libros especialmente difíciles de resumir, que se cuentan en su lectura, en sus lecturas
Porque este es un libro que, a base de leerlo, acumula significantes. El vacío queda colmado de objetos y repeticiones que conforman un mundo propio, que crece libro a libro, que funciona como un vehículo entre lo que fuimos y lo que somos y nos devuelve, románticos y románicos, reapropiados de herencia y actualidad. Y lo hace con versos que son axiomas, con enseñanzas puras, «en la garganta estaba el grito». «No se dejan huellas cuando se trata de la huida/ y eso todos lo sabemos»
El espacio como Eric Idle agitando un bastón.
El espacio como Marilyn buscando lápiz de
labios.
El espacio como Sócrates llorando en una
esquina.
Este es un libro para subrayar y releer, tan llenito que a cada poema le salen varios poemas dentro. Poemas que nos piden la atención, entendedlo, que nos incluyen, que nos demandan como lectores en el diálogo.
La autora
Alicia Louzao (Ferrol, A Coruña) es doctora y licenciada en Filología Hispánica y licenciada en Filología Inglesa. Aunque se especializó en literatura barroca, es la literatura grecolatina la que ocupa su tiempo. Es profesora funcionaria de Lengua y literatura castellana en un instituto público.
Ganadora del VIII Premio al mejor poema del mundo, XVII Premio Leonor de Córdoba, V Premio Centrifugados de poesía, entre otros. Fue finalista del 76° Premio Adonáis, del I Premio Internacional Marpoética y del XXXIII Premio Ana María Matute (Torremozas).
Participó en diversas antologías y cuenta con varios poemarios publicados.
Creció cerca del mar y su madre dice que eso se nota.
Habla gallego y castellano. Le gusta Sailor Moon y es socia del Xabarín Club.
Ilustraciones
Es la propia autora, Alicia Louzao, con intervención divertida y a la carta de Andrea López Montero, quien se encarga de ilustrar el poemario. Una afición que conocíamos porque subía de vez en cuando algún dibujo con ojos manga, acompañado por figuritas de Sailor Moon y a veces chucherías. El universo clásico se junta aquí con la referencia estética de los nacidos a finales de los ochenta, inicios de los noventa. Guiños a obras de la historia del arte que hacen ojitos al pasado y al presente de una manera similar a como construye su poética.
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